Se trata de una película que en su tiempo fue espectacular.
En el momento en el que la tecnología aún no se encontraba en auge apareció
esta película en la que se mostraban aspectos que ocurrirán supuestamente en el
futuro que hicieron pensar mucho a la sociedad. Llamó la atención y ganó
premios desde su vestimenta hasta los aparatos tecnológicos y vehículos.
Sin embargo el motivo por el cual hemos visionado esta
película es porque en ella la fotografía tiene un papel muy importante. En la
película aparecen los humanos y los androides, llamados replicantes y la diferencia
entre ellos son los sentimientos. Los replicantes son creados para facilitar la
vida a los humanos, y llegan a ser unas creaciones tan perfectas que los haces
creer que son humanos, pero con un tiempo de vida limitado para evitar que se
puedan revelar o puedan tener problemas con ellos, ya que si inteligencia es
igual a la del ser humano.
Para tener recuerdos, al ser creados, les entregan a cada
uno una caja llena de fotografías, por lo que al verlas, los replicantes tienen
los pensamientos de que lo que están observando lo han vivido aunque en realidad
no sea así. A esto podemos aplicarle la definición de experiencia diferida, la
experiencia diferida es la necesidad que se tiene a tomar fotografías de
nuestro día a día para conservar recuerdos y que nada pase al olvido, a demás
de compartir así las experiencias vividas. Por esto la caja de fotos que le
entregan a cada replicante tiene esa función, las fotografías actúan como
recuerdos que aunque no sean reales, los androides así lo creen, ya que en las
fotografías está plasmado.
La última frase que pronuncia el ultimo replicante antes de
morir es emocionante:
“He visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en
llamas más allá de Orión...He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la
Puerta de Tannhäuser...Todos esos momentos se perderán... en el tiempo, como
lágrimas...en la lluvia...”
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